Vamos a analizar un poco más en detalle la composición de cada una de las carteras de renta variable europea que planteábamos para los diferentes niveles de riesgo que queramos adoptar. Empezamos con dos de las carteras cuyo objetivo primordial es el control de la volatilidad y tratar de minimizar los posibles drawdowns.
Se trata de una cartera cuyo objetivo es invertir en acciones con una beta inferior a la media del mercado. Desde inicio en el año 2016, la volatilidad media anual de esta cartera es del 14.16% y la rentabilidad anual es del 14.41%.
La composición actual de la cartera presenta los siguientes parámetros:
- Dividend Yield = 0.84%
- Price Earnings Ratio (PER) = 44x
- Cash Flow Yield = 10.04%
- Price Book-Value = 2.93x
- Current Ratio = 1.14
- Return on Assets = 4.33%
Se trata de una cartera cuyo objetivo es invertir en acciones con una volatilidad inferior a la media del mercado. Desde inicio en el año 2018, la volatilidad media anual de esta cartera es del 15.52% y la rentabilidad anual es del 8.23%.
La composición actual de la cartera presenta los siguientes parámetros:
- Dividend Yield = 1.70%
- Price Earnings Ratio (PER) = 27x
- Cash Flow Yield = 6.54%
- Price Book-Value = 3.16x
- Current Ratio = 1.46
- Return on Assets = 5.72%
La correlación que existe entre las rentabilidades diarias de estas carteras es del 82%. Sin embargo, la correlación que mantienen con las otras carteras más arriesgadas es mucho menos; por ejemplo, la correlación entre la Beta Portfolio y la Value Portfolio es del 60% en los dos últimos años.