Un dato curioso correspondiente a la estacionalidad que existe en los mercados a finales de año, lo podemos apreciar en la relación existente entre el S&P500 y el Nasdaq. Durante los últimos seis años, el Nasdaq ha subido más que el S&P500 en el último trimestre del año; para darle números al asunto, el año pasado el S&P500 subió un 6,1% y el Nasdaq casi un 7%.
Esta estacionalidad no tiene nada de casualidad. Si no, pregúntense cuando se venden más ordenadores y aparatos electrónicos… en Navidad!!!
Por lo tanto, podríamos plantearnos (yo ya lo he hecho) traspasar aquellas posiciones que mantuviésemos en fondos que repliquen del S&P500 al Nasdaq. Incluso para los más arriesgados, existe la posibilidad de realizar un spread largos en Nasdaq y cortos en S&P500.
Seguiremos hablando…